Suspiro. Al menos conseguiría alejarlas de él, que había sido su objetivo desde el último momento, cuando se dió cuenta de quién era ese chaval.
Como queraís, por mi no hay problema-volvió a mirar al chico pero esta vez su mirada se convirtió en una teñida de odio, camuflada bajo su rostro sereno, en la que un brillo rojizo inundo sus ojos, desapareciendo tan rápido como había aparecido. Cerro los ojos volviendo a respirar y les dedicó una media sonrisa a Yue y a Miku-Pero no os paseís
Les hizó un gesto con la cabeza y se fue alejando de allí a paso lento, para que pudieran alcanzarle.
Seguidme